La vida cartujana

La familia cartujana

La cartuja, la formamos una serie de personas que hemos atendido a una misma llamada de Dios.
Reunidos en nombre de Cristo, formamos una familia sostenida y vivificada por la fuerza del Espíritu. Esta fuerza nos une con lazos que estrechan a los miembros entre sí, en un ambiente familiar que nos permite, a cada uno, comulgar en la vida de Cristo.


Vida eremítica y cenobítica

La cartuja, la formamos una serie de personas que hemos atendido a San Bruno, atraído por el ideal de espiritualidad de los antiguos solitarios del desierto, buscó para sí y sus seis compañeros, un lugar retirado, la Chartreuse, donde retirarse y, aislado del mundo, consagrar su vida de soledad a la contemplación, al amor de Dios.


Actividad del monje: Plegaria y trabajo

En la Cartuja, padres y hermanos, conviven, bajo forma algo diversa, la misma vocación solitaria y contemplativa. La vida del monje cartujo, plenamente consagrada a Dios, se desarrolla en un tiempo y un espacio plenamente sacros.


La jornada cartujana

La jornada está integrada por un conjunto armónico de actividades espirituales y materiales que permiten a los cartujos vivir santamente su vocación.